Muchas veces he escuchado la expresión “como te ven, te tratan”. No comparto para nada esa frase, y lo paradójico es que la gente que la usa tampoco. Se excusan diciendo que no la comparten, pero lamentablemente como es así, lo hacen. Al parecer no se dan cuenta de que si cada uno aporta su granito de arena, las cosas se pueden cambiar.
Por ejemplo, yo he decidido dejar de cortar mi cabello. No me lo cortaré más, nunca más. Resulta que cuando comparto esta idea con la gente se ríen y me dicen: “¿y quién te va a dar pega así?”.
Actualmente abundan los prejuicios. Se juzga antes de conocer a las personas por su apariencia física, suponiendo cosas según los estereotipos que comúnmente son alimentados por la televisión y demás medios masivos de comunicación. Si un tipo tiene dreadlocks, tiene piojos y es drogadicto; si es peruano, es cochino, si tiene el pelo largo es hippie; si su familia tiene dinero, él es de derecha, etc.
En los colegios se usan mucho los apodos, que se aplican según defectos o condiciones físicas. En los niños, que no tienen un filtro, por decirlo de alguna manera, respecto de la crueldad se llega incluso al matonaje o bullying debido a estas situaciones.
Creo que los prejuicios siempre van a estar presente. Sería demasiado difícil eliminarlos, pero si se puede, estando consciente de ellos, estar dispuestos a cambiar la mentalidad en el momento de conocer realmente a ese algo o alguien que se discrimina con anterioridad. No se puede juzgar a un libro por su portada.
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