El constructivismo plantea que el hombre también tiene emociones, y no se basa sólo en la razón como el cognitivismo, ni en el mecanicismo del aprendizaje como lo hace el conductismo.
Una persona al amar a otra, deja de lado las cosas malas, para dar paso a las cualidades de la otra persona. Lo que a otra persona le puede molestar, a la persona que lo ama no le va a importar porque ve sus cualidades, las que opacan los defectos. Amplía los sentidos por decirlo de alguna manera. Si hay una multitud o conglomerado de gente, uno ve a la persona amada inmediatamente. Me sucedió cuando amé y estuve con una persona, que me decían que era muy baja de estatura, pero yo me fijaba en su personalidad, en su belleza interna, en su ternura y no en los defectos físicos que recalcaba la gente que no la amaba como yo.
Humberto Maturana nos plantea que el amor es la única de las emociones que hace ver más cosas y no provoca la ceguera como las otras. Por ejemplo si yo sintiera ambición me centraría sólo en el poder y no lograría ver nada más que eso, o cuando se siente codicia, uno sólo se centra en el dinero y nada más, o al sentir ira, etc. Pero cuando se siente amor, ya sea por una persona, o por lo que nos rodea, la naturaleza, la creación, se logra ver todas las cosas positivas que con los otros sentimientos no se puede.
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