Hace unas semanas nos encontrábamos con algunos compañeros y compañeras compartiendo en el plato después de clases. En aquella ocasión una compañera y yo nos tomamos de la mano de manera casi involuntaria. Esta situación me quedó dando vueltas en la cabeza por algún tiempo hasta que escribiendo las bitácoras salió el tema con mi compañera. Al parecer ella lo interpretó de una manera distinta a la mía, y vio algo más que un proyecto de amistad, lo cual es entendible ya que es el significado común que se le da. Es entendible igual que se haya interpretado así, ya que la situación lo ameritaba. Era una situación de introspección y nos encontrábamos en silencio cuando se dio.
Mead hablaba de la interacción simbólica y de ponerse en el lugar del otro actor de la interacción, yo al hacer eso (cosa que hice después, y no en el momento), supuse que ella lo había visto de distinta manera y ella puede que tampoco se haya puesto en mi lugar en el momento adecuado, ya que se da constantemente que con amigas nos demos abrazos e incluso la mano, sin pensar en ir más allá.
Hablamos el tema. Yo interpreté la situación de una manera distinta a cómo la interpretó ella, y esto me trajo consecuencias, ya que recibí una sanción de su parte, lo que probablemente condicionará el volver a ejercer la misma acción a futuro y quizás a la misma amistad. Al momento de hablarlo se me produjo una tensión de roles ya que en mi estatus de amigo, se me presentó un choque entre el papel de ser sincero, y de no hacer sentir mal a la otra persona como amigo, pero finalmente decidí ser sincero, ya que según mis valores el mentir es mal visto, y en general por la sociedad, aunque ésta avale las llamadas “mentiras piadosas”.
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